Sintiéndome segura por primera vez en mucho tiempo [Aliaksandra]

Mi pelo recogido en un moño alto, con pequeños tirabuzones botando a cada paso que daba al lado de mi suave y aparente delicado rostro daban claros indicios de que mi marcha, no acostumbrada a esta velocidad, era reducida.
Mis pasos eran pensativos, casi indecisos debajo del faldón de vestido que llevaba, en mi faz se asomaba una paz interna que, a no ser por el corsé, daría un gran suspiro de alivio al ver semejante escultura.
Cierto era de que padre, dios lo tenga en su gloria, no estaría muy contento de que estuviese en Rusia, y menos si no era por motivos políticos... Republicanos.

Atravesé los grandes portones observando la gran estructura, su arquitectura y colores que simplemente me fascinaban... no solo era un lugar santo donde esas... cosas no pudiesen entrar y por lo tanto, sintiéndome segura por primera vez en mucho tiempo, sinó que, además, su impresionante e imponente imagen me hacían disfrutar de una manera que a mis dos hermanas solo les parecía un motivo para dormirse... he ahí la razón de que hubiese venido sola... no por ello sin protección pues, a pesar de que aun fuese de día, no sabía a ciencia cierta por primera vez, cuando saldría de allí ya que ese sitio me fascinaba enormemente, al igual que muchas otras.
Mi vestido no era humilde, pero tampoco de "princesa" pero desde luego uno de los que más me gustaban, herencia de mi madre, acompañado por mis inseparables guantes que para mi suerte, compartían el color del vestido.

Anduive por el gran pasillo de bancos rodeado mientras me sentía inevitablemente atrapada por todo su encanto Ruso, me vi obligada a sacar la cruz de plata que colgaba en mi pecho, la original era la de Ginevra, pero a esta tamién le tenía aprecio, además de que ya no era tan infantil como para pelearme por ella. Mi mirada se había distraido en el brillo de la cruz, recordando viejos momentos y una tierna sonrisa se dibujó en mi rostro, antes de impactar con alguien, una muchacha rubia -Mis disculpas, andaba absorta, no fué intencionadamente.- Me apresuré a decir en un fluido Ruso, pero con notable hacento Británico... como era posible? ni idea... pero solo llevaba dos años y suerte era estudiar y entender ese idioma era tan... desesperante.

Mi aspecto, no diferia demasiado cada dia. Todavia al hacer frio, seguia con mis vestidos de terciopelo. A veces me terminaba pareciendo monotono pero al parecer las cosas eran asi porque siempre habian sido asi. Suspire levemente. Oia el repiqueteo de mis tacones sobre el marmol del suelo de la gran catedral, los oia lejanos. Casi indadvertibles ya que estaba mas en mi mundo que en otra cosa. Me habia olvidado totalmente de Dmitri y Giselle que me seguian detras, mi carabina personal. Que ilusion.

Casi ni me fije en nada al entrar, me lo conocia todo demasiado bien. Seria capaz incluso de recorrerlo con los ojos cerrados, es un lugar que siempre me habia dado seguridad, me sentia comoda. Tanto por obligacion como por gusto venia bastante, era un buen lugar para pensar. Aqui nadie te molestaba si te veian sentada en uno de los bancos mirando a las musarañas.

No, definitvamente no estaba teniendo una buena temporada .La casua todavia no l sabia pero ultimamente estaba realmente irritable, a la minima saltaba por cualquier minimo error. Suspire y respire hondo levemente. Nunca me habia quejado ya que no lo consideraba justo pero tampoco se podria decir que hubiera pedido a gritos mi lugar. Creo que mas bien nadie lo haria.

Me volvi a alisar el vestido, por enesima vez aquella mañana. Era de un terciopelo azul oscuro, brillante con remates en lino blanco, Cuello alto, botones hasta arriba el corse casi no me dejaba respirar pero era como me sentai comoda, vestida asi. Era como si el propio vestido me sostuviera en el lugar y yo no debia hacer nada para llevar esa carga. En cuanto al pelo un miño alto, algo intrincado para mi gusto pero tampoco me podia quejar de mi peinado ya que esa eleccion no quedaba a mi cargo, como la mayor parte de las cosas de mi vida.

Me gire levemente hacia atras, mientras seguia andando hacia delante, queria ver a cuanta distancia me seguian. Ese pequeña distraccion hizo que chocase contra otra chica a la que apenas me dio tiempo de ver. Primero indignacion, luego enfado o ira ya no sabia como llamarlo, para despues simple desasoiego. Frunci levmenete tnato el ceño como los labios. Hoy era un mal dia para molestarme. Debia calmarme, lo sabia.
-Deberia tener los pies en la tierra señortia.-dije con voz insensible, como me solia acostumbrar a hablar.
Este comentario mas bien me lo dirigia a mi misma ya que era yo la que solia estar perdida por ahi